Se refiere a la capacidad para innovar y lograr propuestas diferentes a las convencionales. Un trabajo creativo muestra opciones de composición que difieren de lo tradicional, plantean ángulos inesperados en los contenidos o sobresalen visualmente por su personalidad y fuerza.

Se refiere a la unidad que presenta un conjunto, es decir, la capacidad para que todos los elementos confluyan y refuercen el mensaje o la idea que se quiere trasmitir. Un trabajo coherente alinea sus partes para que mantengan una estructura y sean consecuentes.

Se refiere a las características físicas que debe seguir cada producto. En ese sentido, los trabajos deben ser fieles a las descripciones de las categorías, en medidas y especificaciones, como por ejemplo el tipo de archivo que se solicita. Los trabajos deben apegarse al formato que se pide.

Se refiere al conjunto, el resultado final que tiene un trabajo de acuerdo como las partes se organizan, es decir, los elementos visuales en la superficie (papel o cartón en el caso de los dibujos, maquetas o collages), los textos en su estructura (en el caso de ensayos) o la organización de las secuencias (en el caso de los formatos audiovisuales).

Se refiere al sello personal que se imprime en un trabajo, cuando ese trabajo refleja la voz auténtica de su creador. La originalidad se percibe en la manera de proponer una idea, en la organización de las partes, en la forma como se cierra un final, en la escogencia de un tema.

Se refiere a la capacidad que tiene una obra para generar emociones en el espectador, conmover, hacer pensar, alegrar o generar un estado de ánimo. Las obras expresivas irradian fuerza, tienen magnetismo y conectan con el receptor. Las obras expresivas son vivas y comunican sentimientos